Uno de los mayores problemas de la sociedad industrial es la obsesión por el “beneficio ante todo”. Esto degrada a todos los humanos en “mercados” y a toda la naturaleza en “activos”. Deshumaniza a la sociedad global y empuja a la industria a agotar los recursos naturales del planeta. Los elementos esenciales de la vida como el sentido común, las emociones y el flujo natural, se dejan de lado y se sustituyen por estadísticas, logaritmos y “entornos controlados”.
Para las grandes empresas, el lucro no es solo una elección, si no que incluso está establecido por ley que generar beneficios sea la primera prioridad, para garantizar la seguridad de los inversores. En la mayoría de los casos, esto conduce a una obsesión ciega por las ventas y el crecimiento ilimitados, la mayoría de veces sin dejar lugar a la ética, la moral o incluso la legalidad.
Esta política de beneficio ante todo, ha mostrado tener consecuencias destructivas tanto para la sociedad global como para la naturaleza y ha empujado al planeta a la actual crisis climática y ambiental especialmente en los últimos decenios. Muchos de los síndromes y enfermedades existentes en la sociedad moderna son en realidad síntomas de esta crisis, como el reciente brote del Corona Virus.
Ya en 1980, Carl Sagan decía que la humanidad se enfrentaba a un “ramificación crítica en la historia“. No menciona razones concretas, pero las referencias a la “superstición“, la “codicia” y la “estupidez” hablan por sí mismas. Desafortunadamente para él y para nosotros, la sociedad global y el planeta actualmente parecen haber ido por la rama equivocada, perdiendo 40 años de tiempo valioso y dirigiéndose a los tiempos oscuros a los que hace referencia.